Monday, April 21, 2008

Soledad egoista

Una toca negra y una lágrima transparente, unos ojos negros y una sonrisa aparente.
Una profunda soledad que en las hondas cavidades de su corazón vivía de recuerdos y sueños, de las imágenes que tanto le gustaban pero que del mismo modo le atormentaban. Así era la soledad del caminante que taciturno deambulaba de un lado para otro mirando hacia el pasado que le había dejado cicatrices invisibles. Así era la soledad de la sombra en la que se ocultaba para que nadie lo viera. Sombra de día, sombra sin sombra. Soledad valiente por fuera y cobarde por dentro. Soledad estúpidamente sensible y destructiva, de muerte y de canción, de tragos amargos. Soledad existente, soledad con rostro y nombre: Soledad egoista.

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