Monday, August 31, 2009

Estará cerca la ruptura del cognocentrismo ?

La evolución humana ha estado siempre rodeada de tabús y creencias centristas, muchas veces cultivadas por la religión. El geocentrismo, por ejemplo, defendía la idea de que la tierra era el centro del universo. Esta teoría era defendida por la iglesia católica, pues parecía consistente con las antiguas creencias que la cimentaban, dejando espacio para cosas como el cielo y el infierno; sin embargo, no fue sostenible cuando avanzó lo suficiente la ciencia y el conocimiento humano, pues a la luz de la evidencia era muy claro que la tierra era la que giraba alrededor del sol. Otro ejemplo se encuentra en los anales de la historia cuando se considera la esclavitud de los negros e indígenas, que muchos defendían argumentando que los negros e indígenas "no tenían alma", y por tanto no eran seres humanos. Como un último ejemplo, se pueden citar los fundamentalistas, que creen que son el centro de alguna clase de verdad. Tal fundamentalismo llevó en el medioevo a las cruzadas, en donde en nombre de la religión se masacró millones de personas.

Actualmente vivimos varios paradigmas centristas. Uno de ellos es la creencia de que somos los únicos seres vivos en el universo. Al igual que el geocentrismo, nos hace sentirnos más importantes y justifica otras creencias que probablemente simientan nuestra moral y costumbres. La ecuación de Drake y su estimación pesimista, determinan que solo en nuestra galaxia, debería haber alrededor de 10 civilizaciones extraterrestres además de la nuestra. Creo que la única postura razonable es mantener una prudente inquietud al respecto.

Otro de los paradigmas centristas de nuestra sociedad es el monopolio humano de la razón (que podemos llamar cognocentrismo). Si lo consideramos abiertamente, diferentes animales tienen diferentes niveles de razonamiento. Algunos son capaces de contar (como algunas especies de cuervos), otros se comunican e interactuan en grupo (como los delfines). Muchas personas sostienen que se trata de "instinto". Sin embargo, es evidente que los cerebros de todos los animales son en esencia conjuntos de neuronas y synapsis que se estructuran de alguna manera para razonar. Si bien el razonamiento de los animales no es tan complejo como el humano esto se debe en esencia a la cantidad de neuronas y conexiones que hay en sus cerebros. El cerebro humano, por ejemplo, es 150000 veces más complejo que el cerebro de una rata(en términos de cantidad de neuronas y synapsis). Aun así, las ratas son capaces de aprender y comunicarse.

Los avances de la electrónica en campos como integración de circuitos a muy gran escala y la computación cuántica, hacen ahora que sea realista considerar la simulación de cerebros de animales, incluyendo el ser humano - aunque tal vez toca esperar unos 30 años para ello. Una vez se logre la simulación de un cerebro humano, solo queda esperar las consecuencias a nivel social. La posibilidad de crear "conciencia" inorgánica probablemente generará choques culturales, acabará creencias como la del cognocentrismo y generará algunos problemas sociales; pero también abrirá puertas y romperá los límites que contienen nuestra cultura, nuestra experiencia y nuestra presencia en el universo.

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