Cuando perdemos la autoestima perdemos también la perspectiva. Cuando no tenemos conciencia, olvidamos que nuestra dignidad es muy valiosa y podemos llegar a destruirla nosotros mismos: nos hacernos autodestructivos. Asi, cuando estamos cayendo en esa espiral hacia la autodestrucción, la culpa refuerza el convencimiento de inutilidad propia y puede hacernos caer aun más rápido. Si somos suficientemente afortunados puede que tengamos la oportunidad de hacer un alto y alzar la cabeza. Así tal vez evitemos caer por completo al precipicio. Si no, tal vez no haya nadie que lo note y nos hundamos en una profunda e inevitable tristeza. Muchos de los que han llegado a este punto han decidido acabar con su sufrimiento y con su vida. Este recurso funciona, pero es una decision infundada y egoista. Es una decision infundada, pues se basa en el convencimiento de la falsa premisa de inutilidad propia u otras falsas premisas similares. Es una decisión muy egoista, pues sin saberlo hay quienes se preocupan por nosotros y que no notamos o no queremos notar. Otros han ahogado sus sentimientos en alcohol o drogas. Esto también funciona, pero es tonto y transitorio: los efectos no duran mucho tiempo, a la larga no resuelven el problema y además generan otros problemas que también refuerzan la culpa y la verguenza y nos hacen caer más o quedarnos ahí en un circulo vicioso y estúpido de culpa y paliativos. Lo mejor es entonces levantarse, sacudirse un poco, mandar al diablo el pasado y aceptar que hemos fallado. No está bien equivocarse, pero es normal: todos se equivocan. Sería peor seguir equivocandose o empeorando las equivocaciones que sabemos que estamos cometiendo. Tal vez lo único malo de tomar conciencia es que descubrimos todo lo que hemos perdido en la caida, sin embargo, es la mejor alternativa. Cuando se toma conciencia se tiene la oportunidad de controlar el propio camino. Se puede cambiar de rumbo y tal vez la vida nos dé la oportunidad de comenzar de nuevo. Si no, por lo menos hacemos algo interesante con el corto tiempo que tenemos para vivir (que verdadermente es un milagro, don, o como se quiera llamar:algo muy muy especial). Basta con respirar profundamente y descubrir que percibimos el aire, que sentimos el frío del ambiente, y que nuestro corazón palpita, que la sangre corre por nuestras venas, que estamos allí y que en realidad somos tan libres como nuestros pensamientos. Somos libres de decidir, de actuar y de vivir esta aventura y crear nuestros propios cuentos de vida. Lo mejor es que no estamos solos. Hay millones de otras conciencias dormidas o despiertas que son también especiales y que es realmente interesante conocer para compartir, crear y crecer.
Pido disculpas a todos los que he ofendido o lastimado cuando he estado en el abismo. Espero poder vivir una vida de manera significativa y disfrutar cada momento de esta increible y maravillosa realidad que tengo la oportunidad de vivir. Espero que este escrito pueda ayudar a algunos a encontrar algo de inspiración o a que algunos puedan decidir no caer o por lo menos sacudirse, levantarse y seguir adelante en esta increible historia que construimos cada día.
